29.3.07

Lino contra el Cáncer

cáncer

Lino contra el Cáncer


Un estudio recién publicado señala que una dieta rica en semilla de lino reduciría el crecimiento y el tamaño de los tumores en la próstata de ratones.
Sin embargo, la cantidad dada a los roedores fue demasiado alta como para pensar que podría ser incluida en la dieta humana diaria.



La semilla de lino también contiene fibra dietética y una sustancia llamada lignano, que regula el metabolismo del estrógeno y de la testosterona.
No es la primera vez que una investigación sugiere que la semilla de lino podría ayuda en la lucha contra el cáncer de próstata.



En el último estudio, 135 ratones desarrollados genéticamente para padecer cáncer de próstata fueron divididos en dos grupos.
A un grupo se le dio una dieta convencional. La otra mitad recibió una alimentación rica en semilla de lino.
El tamaño de los tumores en el grupo de la dieta normal fue dos veces mayor que el de los ratones que fueron alimentados con lino.
Incluso dos de los roedores que recibieron la dieta especial no desarrollaron cáncer.



"Optimismo"


La doctora Wendy Demark-Wahnefried, que estuvo al frente del estudio, señaló que había motivos pata mostrarse optimistas con los resultados de la investigación.

"La cantidad de semillas de lino que se le dio a cada ratón representó el 5% de su alimentación, una cantidad demasiado grande en el caso de los humanos. De todos modos, estamos en el camino correcto y necesitamos seguir haciendo estudios".



Otro investigador, Xu Lin, señaló: "Con los estudios con semillas de lino hemos observado una supresión de cáncer de próstata en los humanos, en los ratones y en el nivel de las células".
"No es un golpe de suerte o una coincidencia. Es una línea de investigación alentadora".



El estudio fue publicado en la revista especializada Urology.


Comentario:


Uno de los sistemas alternativos más efectivos para el tratamiento del cáncer es el desarrollado por la Dra Johanna Budwig (1908-2003), que utilizaba el aceite de lino en grandes cantidades como base. Este sistema dietético surge en la década del '50.


La Dra Budwig fue nominada siete veces al premio Nobel y fue una de las autoridades más reconocidas sobre los efectos de las grasas y el potencial bioeléctrico en las células humanas.


Su tratamiento demostró ser altamente efectivo, aún en pacientes desahuciados. Sin embargo, como suele ocurrir, al no coincidir con las teorías dominantes fue desterrado al olvido a pesar de que muchos pacientes salvaron su vida con este enfoque.


Hoy, este estudio no hace más que revalidar el eje central de ese tratamiento alternativo.


La clave parecería estar en los ácidos grasos Omega 3, que se encuentran en grandes cantidades en el lino. Al consumirse abundantemente, las células pueden recambiar y mejorar sus membranas grasas y aumentar el potencial bioeléctrico. De esta forma se corrige el desequilibrio celular en su misma base.

La Dra Budwig demostró además que este tratamiento también es efectivo en todo tipo de enfermedades crónicas y protege especialmente al cerebro de las enfermedades cognitivas.


En la actualidad se sabe que los Omega 3 se encuentran también en los pescados grasos y en el Aceite de Chia (una gramínea sudamericana). Incluso los suplementos dietéticos de Omega 3 pueden conseguirse en cualquier dietética y son de venta libre.

24.3.07

Hay más Gordos que Desnutridos


Hay más Gordos que Desnutridos

El mundo posee hoy más personas con exceso de peso que gente desnutrida, según una nueva investigación científica.

Ningún país,ni rico ni pobre ha conseguido derrotar al problema de la obesidad, indica el estudio.
Y la gente con sobrepeso ya alcanzó 1.000 millones, en relación con 800 millones de personas malnutridas.

El estudio realizado por científicos de la Universidad de Carolina del Norte fue expuesto durante la conferencia internacional de la Asociación de Economistas Agrícolas celebrada en Australia.

"Es un hecho real" dijo el doctor Pedro Kaufmann, de la Sociedad Uruguaya para el Estudio de la Obesidad.
"Hoy en día hay más gente en el mundo con exceso de peso que con falta de peso y las consecuencias son enormes por los trastornos asociados a la obesidad", afirma.

El experto subraya que "la principal causa de este alarmante aumento son los cambios en la dieta de la gente y la falta de ejercicio y es un grave problema que ya no es exclusivo de los países ricos y desarrollados".

Cambios

"La obesidad ahora es la norma mundial" dice el estudio.
Este cambio en las cifras es debido a que la propagación de la obesidad ha ocurrido velozmente, mientras que el hambre ha disminuido lentamente entre los 6.500 millones de habitantes del mundo.

Según el doctor Pedro Kaufmann el sobrepeso y la obesidad ya no son trastornos exclusivos de ricos y zonas urbanas, sino se han trasladado a los pobres y zonas rurales del mundo, indica.
"Si bien las clases extraordinariamente pobres del mundo en desarrollo siguen siendo desnutridas, en los estratos un poco más altos, que siguen siendo pobres, aparece ya la obesidad".
"Y esto sucede porque se combina la malnutrición con el exceso de grasas e hidratos de carbono, lo que resulta en obesos malnutridos", agrega.

Esto ha sido acompañado por una disminución el trabajo físico, con más transporte motorizado, menos ejercicio y más horas frente al televisor.

Estrategias

Se propone subsidiar la producción de fruta y vegetales para que la gente pueda consumir estos productos más saludables que para muchos son inaccesibles.

"El problema es que hoy en día, en gran parte del mundo la comida chatarra es mucho más barata y accesible que las frutas y verduras", dice Pedro Kaufmann.
"Es por eso que la gente opta por las dietas menos sanas".

Las consecuencias son enormes, indican los expertos, con el alarmante aumento en las enfermedades relacionadas con el sobrepeso y la obesidad: la diabetes, el colesterol y las enfermedades cardiovasculares.

"Este es un problema tan alarmante que se necesita establecer con urgencia mecanismos de prevención en todo el mundo", dice Pedro Kaufmann.

"Hasta ahora estos mecanismos han fallado miserablemente", dice.
"Porque hoy consumimos más alimentos apetitosos y poco nutritivos, y llevamos un estilo de vida que, con la computación, TV, etc., cada vez necesitamos movernos menos".

"O hacemos algo urgentemente o muy pronto enfrentaremos las consecuencias de esta bomba de tiempo" concluye Pedro Kaufmann.

15.3.07

El Ajo y la Vitamina C reducen la Hipertensión


El Ajo y la Vitamina C reducen la Hipertensión


Una combinación de suplementos de Ajo y Vitamina C normalizan la hipertensión según un estudio piloto realizado recientemente.


"Las Combinaciones de Ajo y Vitamina C son una alternativa muy efectiva para controlar la hipertensión" escribieron los investigadores Adam Mousa y Shaker Mousa en la revista de investigación "Nutrition Research".


"Los componentes del Ajo y el Extracto de Ajo completo aumentan la producción de Óxido Nítrico en las células endoteliales, un efecto que se ve ampliado por la combinación con vitaminas antioxidantes.", afirmaron.


Este estudio se agrega a la amplia cantidad de evidencias que existen sobre los beneficios del Ajo sobre la Salud Cardiovascular.


Las células endoteliales recubren los vasos sanguíneos, la producción de Óxido Nítrico les señala a estos vasos su relajación, por lo tanto el flujo sanguíneo se ve ampliamente facilitado.


El suplemento de Ajo solo produce resultados, pero con el agregado de la Vitamina C su acción es más integral y aumenta en un 50%.


Fuente: Nutrition Research Volume 27,

Issue 2, Pages 119-123

"Cellular effects of garlic supplements and antioxidant vitamins in lowering marginally high blood pressure in humans: pilot study"


Authors: A.S. Mousa and S.A. Mousa

4.3.07

El Sistema Nervioso está conectado con el Sistema Inmunológico



El Sistema Nervioso está conectado con el Sistema Inmunológico


Ha sido verificada en ratones la relación del cerebro con las defensas del organismo.


Investigadores alemanes han comprobado en ratones la conexión entre el sistema inmune y el sistema nervioso, confirmando así que las defensas del sistema inmunitario están, al menos parcialmente, influenciadas por el sistema nervioso.


Estudiando los vasos sanguíneos y linfáticos que rodean los intestinos de los ratones, científicos del Helmholtz Centre for Infection Research pudieron ver, a través del microscopio y con técnicas de marcación, que las células más importantes del sistema inmunológico forman conexiones con los nervios.


Por otro lado, descubrieron también que algunos nervios culminan en las glándulas linfáticas de los intestinos, y que las células del sistema inmune pueden reconocer a los transmisores o sustancias mensajeras del sistema nervioso.

Un equipo de científicos del Helmholtz Centre for Infection Research, en Alemania, ha demostrado en pruebas de laboratorio con ratones que existe una conexión entre el cerebro y el sistema inmunológico.


Un estudio integral del intestino de estos animales, y de los vasos sanguíneos y linfáticos que lo rodean, con técnicas específicas de observación microscópica y marcación, mostró que numerosas células inmunes incrustadas en el tejido que rodea el intestino están vinculadas a las células nerviosas.


Según explica el artífice de esta investigación, Kart Dittmar, publicadas en un comunicado difundido por dicho centro, los investigadores “cuentan ahora con numerosos indicadores que señalan que las defensas del sistema inmunitario están, al menos parcialmente, influenciadas por el sistema nervioso”.


Conexión demostrada


De hecho, esta conexión ha podido verse con el microscopio. Y, según Dittmar, lo más probable es que no haya demasiadas diferencias entre la situación de los ratones y la del ser humano a este respecto.

Por tanto, el cerebro y la psique de los ratones tienen un efecto demostrado en su sistema inmunológico, que consiste en un conjunto de mecanismos que protegen al organismo de infecciones, que identifica y elimina patógenos.


Un fallo en el sistema inmune conlleva, por falta de respuesta ante los virus, bacterias y otros agentes infecciosos, a enfermedades infecciosas. Pero aún se sabe poco acerca de cómo el sistema nervioso regula las defensas que produce el sistema inmunológico.

De hecho, según Dittmar, la investigación acerca de las interacciones entre ambos sistemas aún se encuentra en sus primeros estadios.


Asombroso número de Vínculos


La importancia de este estudio radica en que se puedan comprender mejor, en un futuro cercano, las vías que sigue el organismo para desarrollar algunas infecciones, como el prión, un agente infeccioso que produce la enfermedad de las vacas locas y que penetra en el sistema nervioso a través de los intestinos.

En la investigación, los científicos aplicaron técnicas de inmunología histoquímica, es decir, de la química histológica o rama de la química que trata de los componentes celulares de los tejidos.


Así, se marcaron con un tinte específico los anticuerpos que se producen contra las moléculas de la superficie celular y que sólo parecen en ciertos tipos de tejidos. Diversos tejidos cobraban un color diferente bajo la luz del microscopio lo que permitió caracterizar siete tipos de células de forma simultánea en cortes histológicos transversales y, además, hacer visibles un asombroso número de contactos entre las células nerviosas y las del sistema inmune.


Células inmunes importantes


Según los científicos, entre las células inmunes destacadas se estudiaron algunas de las más importantes, como los linfocitos-B (de los que depende la inmunidad mediada por anticuerpos, con actividad específica de fijación de antígenos), los linfocitos-T (responsables de la respuesta inmune realizada por células, así como de funciones de cooperación para que se desarrollen todas las formas de respuestas inmunes, incluida la respuesta de anticuerpos por los linfocitos B) y las células dendríticas (células del sistema inmune que, cuando aún son inmaduras se asientan en la piel, las membranas mucosas, los pulmones y el bazo, allí engullen a los microorganismos invasores a través de los receptores caliciformes que poseen en su superficie, también ingieren el líquido que las rodea y fagocitan virus y bacterias).


Todas estas células, esenciales para la inmunidad, forman conexiones con los nervios, aseguran los expertos. Además, se descubrió que algunos nervios terminaban en las glándulas linfáticas situadas alrededor de los intestinos, por ejemplo, en las llamadas placas de Peyer (cúmulos de tejido linfático), en las que se acumulan las células inmunológicas.


Por último, los investigadores descubrieron que las células del sistema inmune pueden reconocer a los transmisores, esto es, a las sustancias mensajeras del sistema nervioso.


Una prueba más


Los resultados de esta investigación respaldarían los presupuestos de una rama de la medicina que es la psiconeuroinmunología, que estudia las complejas interrelaciones entre el sistema nervioso central y el sistema inmune.


La idea básica de esta ciencia es que el comienzo y el curso de una enfermedad dependen de la agresividad del agente patógeno, por un lado, y del grado de vulnerabilidad del organismo atacado, por el otro.

Esta vulnerabilidad dependería a su vez del estado tanto físico como psíquico de dicho organismo. Diversos investigadores han abordado el tema, desde los soviéticos Metalnikov y Chorine, que en los años veinte del siglo pasado empezaron a investigar en el condicionamiento de las respuestas inmunológicas, hasta los trabajos, mucho más recientes, de los investigadores Robert Ader y Nicholas Cohen, ambos del centro médico de la universidad norteamericana de Rochester.


Tras décadas de investigación, estos científicos afirman que la convergencia de datos procedentes de diversas disciplinas ha dado lugar a un compendio de evidencias que señalan que el sistema inmune está integrado por procesos psicofisiológicos y, por tanto, influenciado por el cerebro, al igual que puede influenciar en el cerebro. La investigación de Dittmar y su equipo viene a afianzar estos descubrimientos previos.


Por último, cabe agregar que estas investigaciones no hacen más que ratificar en gran parte las teorías del Dr. Ryke Geerd Hamer sobre la relación entre estrés y enfermedad.